Pie de Charcot
¿Qué es la artropatía neuropática o pie de Charcot?
El pie de Charcot es el repentino debilitamiento de los huesos del pie, que puede presentarse en personas con una importante lesión nerviosa (neuropatía). Los huesos se debilitan al punto de fracturarse y con el andar continuado el pie eventualmente cambia de forma. A medida que avanza el padecimiento, el arco se vence y el pie adopta una forma anormal, tomando la apariencia de la base de una mecedora.
La artropatía neuropática es un padecimiento muy grave que puede llevar a una deformidad importante, a incapacidad e incluso a la amputación. Debido a su gravedad, es importante que los pacientes que padecen diabetes, una enfermedad frecuentemente relacionada con una neuropatía, tomen medidas preventivas y consulten inmediatamente si presentan los signos o síntomas.
Causas
El pie de Charcot se desarrolla como resultado de una neuropatía, la cual reduce la sensibilidad y la habilidad de sentir temperatura, dolor o traumatismo. Debido a la pérdida de sensibilidad, el paciente puede continuar caminando, lo cual empeora la lesión.
Las personas que padecen una neuropatía (especialmente quienes la han padecido durante un largo tiempo) están en riesgo de desarrollar un pie de Charcot. Además, los pacientes con neuropatías con un tendón de Aquiles tenso han demostrado una tendencia a desarrollar el pie de Charcot.
Síntomas
Entre los síntomas del pie de Charcot se incluyen:
- Calor al tacto (el pie afectado se siente más caliente que el otro)
- Enrojecimiento del pie
- Inflamación del área
- Dolor o molestia
Diagnóstico
Un diagnóstico precoz del pie de Charcot es sumamente importante para lograr un tratamiento exitoso. Para llegar a un diagnóstico, el médico examina el pie y el tobillo y pregunta sobre eventos ocurridos antes de los síntomas. Los rayos X también son esenciales para el diagnóstico.
Una vez iniciado el tratamiento, se realizan estudios de rayos X periódicos para ayudar a evaluar el estado del padecimiento.
Tratamiento no quirúrgico
Es muy importante seguir el plan de tratamiento indicado por el médico para el pie de Charcot. No hacerlo así puede conducir a la pérdida de un dedo del pie, un pie, una pierna o la vida.
El tratamiento no quirúrgico para el pie de Charcot consiste en:
- Inmovilización. Dado que el pie y el tobillo son tan frágiles durante la etapa inicial de Charcot, deben protegerse para que los huesos débiles puedan repararse. Para evitar un mayor aplastamiento del pie, es necesario evitar completamente que el pie soporte cualquier peso. El paciente no podrá apoyar el pie afectado hasta que el médico determine que es seguro hacerlo. Durante este periodo, el paciente podría tener que usar un yeso, una bota de yeso removible o un dispositivo ortopédico, y andar con muletas o en una silla de ruedas. Los huesos pueden sanar en algunos meses, aunque a algunos pacientes puede tomarles considerablemente más tiempo.
- Calzado a la medida y ortesis. Una vez sanados los huesos es posible que el uso de calzado con plantillas ortopédicas especiales sea necesario para permitir al paciente retomar las actividades diarias, así como para ayudar a evitar la reaparición del pie de Charcot, el desarrollo de úlceras y la posible amputación. En los casos de deformaciones severas también se requiere ortesis.
- Modificación de actividad. Para evitar lesiones reiteradas en ambos pies es posible que sea necesaria una modificación en el nivel de actividad. Un paciente con Charcot en un pie está más propenso a desarrollarlo en el otro pie, por lo cual es necesario tomar medidas para proteger ambos pies.
¿Cuándo se necesita la cirugía?
En algunos casos, la deformidad de Charcot puede ser tan importante que requiera cirugía. El médico especialista en pie y tobillo determinará el procedimiento quirúrgico más apropiado para el paciente, así como el momento más adecuado en el caso individual.
Cuidado preventivo
El paciente puede tener un rol vital en la prevención del pie de Charcot y sus complicaciones, tomando las siguientes medidas:
- Mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control ha demostrado reducir la evolución del daño a los nervios de los pies.
- Realizar revisiones regulares con un médico especialista en pie y tobillo.
- Revise ambos pies todos los días y consulte a un médico inmediatamente si presenta signos de pie de Charcot.
- Sea cuidadoso para evitar lesiones tales como golpear el pie o exagerar en un programa de ejercicios.
- Siga las instrucciones del médico para tratamientos a largo plazo a fin de evitar la reaparición, la formación de úlceras y la amputación.