Pie Cavo
¿Qué es un pie cavo?
Un pie cavo es una condición en la que el pie tiene un arco muy alto. Cuando uno se pone de pie o al caminar, debido a este arco alto, se deposita una excesiva cantidad de peso en la parte delantera de la planta del pie y en el talón. El pie cavo puede conducir a una diversidad de signos y síntomas, tales como dolor e inestabilidad. Éste puede desarrollarse a cualquier edad y puede ocurrir en uno o ambos pies.
Causas
A menudo un trastorno neurológico u otra condición médica neurológica causa un pie cavo; por ejemplo, parálisis cerebral, enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, espina bífida, polio, distrofia muscular o apoplejía. En otros casos de pie cavo, un arco alto puede representar una anomalía estructural hereditaria.
Es importante un diagnóstico exacto porque la causa subyacente del pie cavo determina en gran medida su tratamiento futuro. Si el arco alto se debe a un trastorno neurológico u otra enfermedad, éste probablemente empeorará. Por otro lado, los casos de pie cavo que no resultan de trastornos neurológicos generalmente no cambian de apariencia.
Síntomas
Aun cuando se está de pie, el arco de un pie cavo aparece alto. Además, pueden estar presentes uno o más de los siguientes signos o síntomas:
- Dedos en martillo (dedos del pie flexionados) o dedos del pie en garra (dedos del pie apretados como un puño)
- Callosidades en la parte delantera de la planta, parte lateral o talón del pie
- Dolor al ponerse de pie o caminar
- Pie inestable debido a una inclinación del talón hacia adentro, lo cual puede conducir a torceduras del tobillo
Algunas personas con pie cavo pueden experimentar también una caída del pie, una debilidad de los músculos en el pie y en el tobillo que da como resultado que se arrastre el pie cuando se da un paso. La caída del pie es usualmente un signo de una enfermedad neurológica subyacente.
Diagnóstico
El diagnóstico del pie cavo incluye una revisión de la historia familiar del paciente. El médico especialista en pie y tobillo examina el pie en busca de un arco alto y posibles callosidades, dedos en martillo y dedos en garra. Se evalúa la resistencia muscular del pie y se observan el patrón al caminar y la coordinación del paciente. Si parece estar presente una enfermedad neurológica, puede examinarse toda la extremidad. El médico también puede estudiar el patrón de desgaste en los zapatos del paciente.
A veces se ordenan radiografías para una evaluación completa del padecimiento. Además, el médico puede derivar al paciente a un neurólogo para una evaluación neurológica completa.
Tratamiento no quirúrgico
El tratamiento no quirúrgico del pie cavo puede incluir una o más de las siguientes opciones:
- Dispositivos ortopédicos. Los dispositivos ortopédicos a la medida que se colocan dentro del calzado pueden ser útiles porque proporcionan estabilidad y amortiguación al pie.
- Modificaciones del calzado. Los zapatos con horma alta dan soporte al tobillo y los zapatos con tacones un poco más anchos en la parte inferior añaden estabilidad.
- Ortesis. El médico puede recomendar un aparato ortopédico para ayudar a mantener la estabilidad del pie y del tobillo. Los aparatos ortopédicos también son útiles para tratar la caída del pie.
¿Cuándo se necesita la cirugía?
Si los tratamientos no quirúrgicos no logran aliviar el dolor y mejorar la estabilidad, puede ser necesaria la cirugía para disminuir el dolor, aumentar la estabilidad y compensar la debilidad del pie.
El médico elegirá el mejor procedimiento quirúrgico o la combinación de procedimientos en base al caso individual del paciente. En algunos casos donde exista un problema neurológico subyacente, es posible que en el futuro se vuelva a requerir otra cirugía debido al progreso de la enfermedad.